TODO LO QUE TIENES QUE SABER: AGUA CALIENTE SANITARIA (ACS)

En estos días, se considera el agua caliente sanitaria como un requisito de comodidad imprescindible en los hogares y como parte de nuestra vida cotidiana.

Sistemas de agua caliente y sus características

El agua caliente sanitaria (ACS) es el tipo de agua potable que se utiliza en el consumo humano y que ha sido calentada.

Se utiliza principalmente en las duchas y baños, así como en lavavajillas, lavadoras o fregadero, en general para la limpieza e higiene del hogar.

Los sistemas de ACS representan uno de los consumos más grandes de las viviendas y edificios residenciales porque requieren una gran cantidad de energía.

En ocasiones, hasta un 26 % del total del consumo energético es usado en este sistema y el aislamiento de los componentes es la recomendación más efectiva.

En las instalaciones ACS se tiene habitualmente que instalar una llave de corte general que distribuye el agua a las distintas zonas de la casa.

Por cada punto o tomas se coloca una llave de paso específica, funcionando de forma paralela a las instalaciones de agua fría.

Tipos de instalaciones ACS

Existen tres tipos de instalaciones con base al sistema de producción del agua y cómo se prepara.

Sistemas instantáneos

Se caracterizan por calentar el agua en el momento de su uso, es decir, cuando se abre la llave se activa el sistema.

Suelen utilizarse en casas particulares donde el agua circula a través de un serpentín dentro del calentador y la llama la calienta directamente.

La desventaja es el desperdicio de agua hasta que comienza a salir la caliente y el poco ahorro energético al encenderse y apagarse el sistema en cada ocasión.

Otro inconveniente es que solo se puede alimentar una toma de consumo a la vez o como máximo dos si son de caudal reducido.

En este tipo de instalaciones lo más común es el intercambiador de placas alimentado por medio de una válvula de tres vías.

Se utiliza comúnmente como combustible el gas natural y en menor medida butano o propano.

Sistemas de acumulación

Estos sistemas trabajan a través de depósitos o acumuladores, donde se mantiene almacenada el ACS hasta que es utilizada por las personas.

Es muy utilizada en edificios con instalaciones centralizadas como hoteles, hospitales, condominios, pero también puede usarse en casas solas.

Es un sistema sencillo: una vez que se llena el depósito, el agua es calentada por una caldera y posteriormente es bombeada y distribuida.

En muchos lugares, las instalaciones ACS centralizadas se instalan junto con la calefacción. Así el calor generado por la caldera es compartido con los demás servicios.

La fuente de energía usada es diversa, puede ser gas natural, propano, butano, electricidad, gasóleo y en últimas fechas, luz solar por medio de paneles.

Sin embargo, el agua almacenada ofrece un ambiente adecuado para la posible proliferación de Legionella, una bacteria que causa infección en los pulmones y en las vías respiratorias.

Por esta razón, es importante asegurar que la temperatura del agua no baje de 60° C y elevarla a 70° C cada cierto tiempo.

Algo importante es conocer el estado de la instalación para evitar averías como fugas, corrosiones y depósitos de carbonatos, lo que reduce el rendimiento del acumulador.

Sistema semi-instantáneo

Aquí se combinan ambos sistemas y es posible reducir significativamente el espacio, pues el depósito es de solo 15 litros aproximadamente para cada piso.

El agua calentada sale del acumulador cuando se le requiere y el objetivo de su uso es satisfacer la demanda de agua en horarios punta.

Elementos de una instalación de ACS

En este tipo de sistemas se tienen siete componentes fundamentales con base a guías técnicas de ACS y ahorro de energía.

1. Intercambiadores. Permiten dividir el agua de la caldera, del agua de consumo con el fin de mantener las características higiénicas requeridas.

2. Depósito. Es el que almacena el ACS y regularmente está fabricado en acero inoxidable, acero con esmalte vitrificado o acero con tratamientos especiales.

3. Bombas de circulación. Existen tres modelos: circuito primario, circuito secundario y bombas de recirculación. En el primer caso, el circuito es cerrado.

En los últimos, se recibe agua continuamente, por lo que el agua se considera más “agresiva” a los materiales de los dispositivos.

4. Contadores. Son aparatos para medir el consumo de los usuarios en el edificio. Deben ser homologados e instalarse de manera individual.

5. Válvulas de regulación. Pueden ser motorizadas o termostáticas. En ambos casos es imprescindible que el material sea de alta calidad y para el consumo humano.

6. Aislamiento térmico. Para evitar la pérdida de calor en cualquier época del año. Existen reglamentos que norman este tipo de aislamiento.

7. Tuberías. Conocidas por todos, deben cumplir con los aspectos de funcionamiento como la presión, temperatura y flujo. Además de considerar los soportes y dilataciones.

¿Cómo mantener el sistema ACS con ahorro energético?

Lo principal es hacer un uso eficiente y racional del agua, independientemente del tipo de calentamiento que sea, y para ello se necesita:

• Aislar totalmente a los componentes principales (depósito y tuberías).
• Hacer revisiones periódicas de la instalación, de los depósitos, de los puntos terminales y válvulas.
• Evitar fugas y dejar grifos abiertos.
• Usar cabezales de bajo consumo en la ducha.
• Ducharse en lugar de tomar baños en la bañera.
• Instalar aireadores (reductores) de caudal en las llaves.
• Colocar termostatos para regular la temperatura del agua.
• Instalar grifos monomandos de mezcla en lugar de llaves separadas para el agua fría y caliente.
• Procurar en lo posible, bañarse toda la familia “uno tras otro”.

Todas las acciones y condiciones cuentan para mantener un sistema responsable a nivel energético y realmente es responsabilidad de todos.

Y aunque ahora no es lo más habitual, los sistemas de energías renovables como la energía solar y geotérmica son una excelente opción.

Al final, para seleccionar un tipo de instalación ACS se debe considerar las características de la obra, el consumo energético y las necesidades de los usuarios finales.

De hecho, el confort y el bienestar son primordiales en las instalaciones de agua caliente sanitaria, aunados a la necesidad de mantener un sistema eficiente y efectivo.