CÓMO EVITAR LAS AVERÍAS MÁS COMUNES DE LAS CALDERAS DURANTE EL INVIERNO

El mantenimiento de las calderas se complica en invierno.

Con la llegada del frío, su uso se intensifica y se detonan varias averías.

He de recordar que la mala calidad de la calefacción afecta también al ahorro de energía en casa.

En general, caemos en una especie de círculo vicioso, ya que después de utilizar la caldera en los meses invernales, es normal que nos olvidemos del aparato hasta que lo volvamos a usar un año más tarde cuando el invierno haya llegado de nuevo.

Una de las soluciones que damos, de manera general, es evitar tener la caldera apagada durante meses. Recomendamos encender la caldera periódicamente a lo largo del año para evitar una serie de dificultades técnicas que se vuelven complejas de resolver.

El mantenimiento periódico ideal de las calderas de calefacción para buscar el ahorro

Si encendemos la caldera de manera periódica, podemos identificar mejor las averías que se pudieran presentar y contamos con un mayor lapso de tiempo para arreglar los problemas que van surgiendo de manera natural debido al desgaste y al uso. Pese a que algunas averías pueden tener fácil solución, en ocasiones es necesario contactar con un profesional que ofrezca el servicio de reparación de calderas.

Es importante señalar que, en este último caso, no es lo mismo percatarse de una falla leve de la caldera y llamar al técnico para que la arregle si es necesario que llamarlo para arreglar cinco desperfectos que se han complicado por la falta de uso durante varios meses.

Por eso, recomendamos lo siguiente:

1.- Al activar la caldera de manera periódica, limpiar los radiadores, uno por uno, para eliminar partículas de polvo que puedan obstruir los conductos. Cuando el aire no circula, el radiador no logra calentarse por completo y, con ello, se gasta más combustible y se genera menos calor.

2.- Otro punto que deberíamos tener en consideración es examinar los elementos que componen el radiador, dado que estos suelen oxidarse con el paso del tiempo. Además, suelen picarse por la cal y el agua, al mismo tiempo que pueden provocar fugas.

3.- Limpiar la chimenea o salida de humos es algo que consideramos esencial, puesto que el humo que sale de la caldera con el uso, está llena de hollín. Si no lo limpiamos, el hollín tapará la salida del humo al exterior y causará una deficiente combustión, perjudicial para la salud.

4.- Finalmente, aconsejo inspeccionar la presión del agua para que se encuentre en los valores estipulados por el fabricante.

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Las averías más comunes y sus posibles soluciones

La solución de los problemas que a continuación presentamos está relacionada con acciones que el usuario puede realizar durante todo el año y medidas de carácter más complejo que solo son posibles con la ayuda de técnicos expertos en el asunto.

1.- Obstaculización en la salida de humos

Si no se expulsa con total regularidad el monóxido de carbono, puede producir averías e intoxicaciones graves, por lo que hay que tener cuidado y detectar a tiempo el problema. Una opción es observar el panel electrónico de la caldera; no obstante, para evitar complicaciones de toda clase sugiero realizar una limpieza anual como rutina.

2.- Goteos y otras fugas

Determinar la fuga es un paso inicial para proceder a actuar. Si bien saber dónde se encuentra la fuga es un determinante, lo más adecuado será llamar a un profesional para que inspeccione de dónde proviene exactamente. Normalmente, se asocia con la rotura de un elemento interno.

3.- Ruidos diversos

Usualmente, se deben a un exceso de aire en los componentes, a veces por la presión baja del agua. Incluso, podría ser que la bomba estuviera rota o corroída. Esta presencia de zumbidos o silbidos cuando la caldera se enciende está relacionada con algún problema de presión del aire o de sobrecalentamiento cuando la cal se acumula en ciertas áreas. La manera de solucionarlo es limpiar esa acumulación de cal.

4.- Apagones continuos en la calefacción

Al comenzar el invierno, suele bloquearse la bomba de recirculación, lo cual se debe a que la caldera trabajó con agua caliente durante meses y, al retornar el uso de la calefacción, puede atascarse. De esta forma, se necesita llevar a cabo una limpieza de las piezas.

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5.- El uso intenso y frecuente de la caldera

También provoca que se rompa el intercambiador o que se obstruya con carbono el quemador hasta hacer difícil el encendido del aparato. En estos casos, recomendamos llamar a un técnico especializado para realizar el intercambio de piezas y la limpieza de la caldera.

6.- Errores en la caldera

En caso de que observemos un error de código en la caldera, lo más probable es que se deba a un atascamiento en la salida del humo. En tal caso, habrá que llamar con carácter de urgencia a un técnico, dada la interacción constante con el monóxido de carbono en la caldera.

Cuando se trata de calderas con controles electrónicos, en la pantalla aparece un aviso de avería. La forma de comprobar que realmente estamos ante un problema técnico importante es descubrir que la pantalla muestra que existe un buen suministro de gas y energía y que, aun en esas condiciones, prevalece el aviso de avería. También en estos casos es mejor llamar al técnico en cuestión.

7.- Otra de las fallas comunes

Es el mal funcionamiento de los controles de la temperatura o el hecho de que la presión de aire no sea la óptima. Las razones de estas disfunciones pueden ser varias, como el mal funcionamiento de los programadores electrónicos, los termostatos o las válvulas del radiador.

8.- En otros casos, los radiadores comienzan a perder capacidad de calentamiento

En ocasiones, esto se arregla haciendo una purga del radiador.

9.- En invierno se acumula más cal en el aparato y se evapora de manera más rápida

Esta situación provoca una expansión rápida que desemboca en una gran presión descargada en el intercambiador de calor.

10.- El quemador en su conjunto puede dañarse

A lo anterior debo añadir este último fallo. Cuando ocurra, necesitaremos realizar un ajuste en el sistema de combustión.

Mantener encendidas nuestras calderas de manera periódica ayuda a prevenir averías. Y mantener un eficiente sistema de calefacción desemboca en un ahorro de energía.

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